Lao Tsé
Sexualidad, Yin-Yang y Realización
Hua Hu Jing
Muchos creen que el Hua Hu Jing (siglo IV a. C) fue escrito por Lao Tsé. Aunque su autoría está discutida, el contenido de este libro es remarcable. He aquí un extracto:
Sesenta y Cinco
La interacción del yin y el yang en el vientre de la Madre Misteriosa crea la expansión y contracción de la naturaleza. A pesar de que el universo entero es creado a partir de esta danza reproductora, no es sino una pequeña parte de su ser. Su corazón es el Corazón Universal, y su mente la Mente Universal. La función reproductora es también una parte de los seres humanos. Porque el yin y el yang no están completos dentro de nosotros como individuos, nos emparejamos para integrarlos y dar a luz una nueva vida. Aunque la mayoría de las personas pasan toda su vida siguiendo este impulso biológico, es sólo una pequeña porción de nuestro ser también. Si seguimos obsesionados con las semillas y los huevos, estamos casados con el fértil valle reproductor de la Madre Misteriosa, pero no a su Corazón inconmensurable y omnisciente Mente. Si desea unirse con su Corazón y su Mente, debe integrar el yin-yang por dentro, y refinar su fuego hacia arriba. Entonces obtendrá el poder de unirse con todo el Ser de la Madre Misteriosa. Esto es lo que se conoce como la verdadera evolución.
Sesenta y seis
La primera integración del yin y el yang es la unión de la semilla y del huevo en el útero. La segunda integración del yin y el yang es la unión sexual del macho y de la hembra maduros. Ambos tienen que ver con la carne y la sangre, y todo lo que se concibe en este reino debe un día desintegrarse y desaparecer. Es sólo la tercera integración que da origen a algo inmortal. En esta integración, un individuo altamente evolucionado se une a las energías sutiles internas del yin y el yang, a la luz de la comprensión espiritual. A través de las prácticas del Camino Integral se refina su energía bruta, pesada, en algo etéreo y luminoso. Esta luz divina tiene la capacidad de penetrar en el poderoso océano de energía espiritual y la sabiduría completa que es el Tao. La nueva vida creada por la integración final es auto-consciente, pero sin Ego, capaz de habitar un cuerpo aún sin atarse a este, guiada por la sabiduría en lugar del apego. Entera y virtuosa, nunca puede morir.
Sesenta y Siete
Para alcanzar los más altos niveles de la vida, uno debe combinar continuamente nuevos niveles de yin y yang. En la naturaleza, la energía masculina se puede encontrar en fuentes como el sol y las montañas, y la femenina en fuentes tales como la tierra, la luna y los lagos. Los que estudian estas cosas, que son sólo insinuadas aquí, se beneficiarán enormemente. Como las uniones más elevadas del yin y el yang son necesarias para la concepción de la vida superior, algunos estudiantes pueden ser instruidos en el arte del cultivo dual, en el que el yin y el yang están integrados directamente en el Tai Chi de la relación sexual [supra-sexualidad]. Si el estudiante no es auténticamente virtuoso, y la instrucción no la de un verdadero maestro, el cultivo dual puede tener un efecto destructivo. Si la virtud genuina y la maestría verdadera se unen, sin embargo, la práctica puede producir un profundo equilibrio de las energías densas y sutiles del estudiante. El resultado de esto es el mejoramiento de la salud, las emociones armonizadas, la cesación de los deseos e impulsos, y, al más alto nivel, la integración trascendente del cuerpo de energía entero.
Sesenta y Ocho
En el cultivo dual angelical, uno aprende a seguir el Tao. Para abordar el Tao, necesitará toda su sinceridad, porque es difícil de alcanzar, primero se revela en la forma y la imagen, y luego se disuelve en la esencia sutil e indefinible. A pesar de estar increada, crea todas las cosas. Debido a que no tiene sustancia, puede entrar en donde no hay espacio. Actuando por el retorno a sí mismo, ganando victorias al permanecer manso y concedente, que es más manso que todo, y por lo tanto, todo lo vence duro. ¿Qué nos dice esto acerca del beneficio de la no-acción y del silencio?
Sesenta y Nueve
El enfoque de una persona a la sexualidad es un signo de su nivel de evolución. Personas no evolucionadas practican el coito normal; poniendo todo el énfasis sobre los órganos sexuales, descuidando otros órganos y sistemas del cuerpo. Cualquiera energía física acumulada es sumariamente despedida [a través del orgasmo], y las energías sutiles son igualmente disipadas y desordenadas. Es un gran salto hacia atrás. Para aquellos que aspiran a los reinos superiores de la vida, existe el cultivo dual angelical [la transmutación]. Debido a que cada parte del cuerpo, mente y espíritu anhela la integración del yin y el yang, la relación angelical es dirigida por el espíritu en lugar de los órganos sexuales. Donde la relación ordinaria demanda un gran esfuerzo, el cultivo angélico es calmo, relajado, tranquilo y natural. La relación ordinaria une órganos sexuales con órganos sexuales, mientras el cultivo angelical une espíritu con espíritu, mente con mente, y cada célula de un cuerpo con cada célula del otro cuerpo. Culminando no en la disolución [orgasmo], pero en la integración, es una oportunidad para un hombre y una mujer de transformarse mutuamente; y elevar el uno al otro en el reino de la felicidad y la plenitud. Los caminos sagrados de la relación angelical sólo son enseñados por quien ha logrado la integración total de la energía, y enseñados solamente a los estudiantes que siguen el Camino Integral con profunda devoción, buscando purificar y pacificar el mundo entero junto con su propio ser. Sin embargo, si su virtud es especialmente radiante, es posible abrir un camino hacia el reino sutil y recibir estas enseñanzas celestiales directamente de los inmortales.
Setenta
Los lazos de la pasión y el deseo tejen una red de enlaces que le rodean a uno. Confrontación mundana vuelve a uno rígido e inflexible. La trampa de la dualidad es tenaz. Apegado, rígido y atrapado, uno no puede experimentar la liberación. A través del cultivo dual es posible desenmarañar la red, ablandar la rigidez, desmontar la trampa. Disolviendo su energía yin en la fuente de la vida universal, atrayendo la energía yang de la misma fuente, uno deja atrás su individualidad y su vida deviene pura naturaleza. Libre de ego, viviendo naturalmente, trabajar virtuosamente, se llena de vitalidad inagotable y se libera para siempre del ciclo de muerte y renacimiento. Entienda esto si no otra cosa: la libertad espiritual y la unidad con el Tao no son dones concedidos al azar, pero las recompensas de la consiente auto-transformación y auto-evolución.
Setenta y Uno
La transformación hacia la vida eterna es gradual. La energía pesada, gruesa de cuerpo, mente y espíritu debe ser purificada y elevada. Cuando la energía asciende al nivel sutil, la maestría de sí puede ser buscada. Un sabio instructor enseña los poderosos principios de auto-integración sólo a aquellos que ya han alcanzado un alto nivel de auto-purificación y de maestría de sí. Además, toda enseñanza adecuada sigue la ley de la respuesta de energía: el método más eficaz es siempre aquel en que la energía natural del estudiante responde más armoniosamente. Por uno, el celibato y la cultura de sí será adecuado; y, por el otro, el cultivo dual correctamente guiado otorgará el mayor beneficio. Un maestro con discernimiento determinará el equilibrio adecuado de las prácticas de cada individuo. En cualquier caso, sabemos que todos los maestros y las técnicas son sólo transitorios: la verdadera realización proviene de la fusión directa del propio ser con la energía divina del Tao.
Traducido del inglés por el MGI (Movimiento Gnóstico Internacional)